Begoña Crespo

Begoña Crespo | Universos minimil

Podemos cambiar muchas cosas, desde el bajo de un pantalón, hasta las sisas de una camisa; pero son pocas las personas que transforman ciudades. Hoy conocemos a Begoña Crespo, jurista y, desde hace poco, escritora. Ella formó parte del proceso de rehabilitación y transformación de Bilbao. Ese camino lo emprendió en los años 90, ahora ha tomado otra dirección: recordar y observar. En su nuevo libro “La Ría” homenajea la capital vizcaína tomando como punto de partida su columna vertebral: el Nervión. 

1. ¿Cómo te lanzaste a escribir “La Ría”?
Un buen poeta y mejor amigo, José Ignacio Besga, me comentó que quería escribir sobre la Ría. Sin embargo, consideraba que yo tenía más conocimiento sobre ella para realizar el proyecto… A mí, de primeras, me pareció que no iba a poder, pero confié en él para emprender esta aventura.

2. ¿Cuál ha sido tu mayor fuente de inspiración durante el proceso de escritura?
Mi mayor fuente de inspiración es la Ría en sí. La miro, la observo, la quiero y tomo nota de cómo se encuentra en cada momento: limpia o sucia, con marea alta o baja, etc.

3. Con tu nuevo libro pretendías dar una nueva visión de un elemento cotidiano para los bilbaínos y bilbaínas ¿crees que lo has conseguido?
Por lo que me dicen algunas personas que han leído el libro, ven la ría de otra manera. Es decir, observan detalles en los que, hasta ahora, no habían reparado. Dicen que les ha cambiado la óptica y llegan a verla como un elemento mucho más cercano. A veces, desconocemos cosas que tenemos muy cerca.

4. Como jurista formaste parte de la transformación de Bilbao; la capital pasó de ser una ciudad industrial, a una urbe cosmopolita ¿cuál fue el mayor reto laboral al que te enfrentaste entonces? 
El mayor reto fue conseguir el consenso político necesario para hacerlo. Había muchos agentes intervinientes; de ahí que, cada reto que íbamos superando me produjera una gran satisfacción. A veces, llegaba a llorar de la emoción. Posibilitar la transformación requería de mucha flexibilidad, tolerancia y amplitud de miras. Por eso, la mayor dificultad en el aspecto jurídico fue efectuar interpretaciones lo suficientemente amplias para encajar todo lo que se quería hacer. 

5. Las mujeres de la Ría cobran especial importancia para ti… 
Las mujeres… ¡qué grandes eran!, ¡qué grandes eran! Ellas sí que tienen mérito, valor y valentía. Eran auténticas emprendedoras. A las sirgueras, en concreto, les debemos mucho. Organizadas en grupos de tres y de cuatro se encargaban de tirar de las gabarras (unos barquitos planos) para transportar la mercancía de un lado al otro del río, desde Olabeaga hasta el centro de la villa. Era la mano de obra más barata, más incluso que los mulos. No tenían nada, ni tan siquiera una casa. A veces, se tenían que prostituir por la noche para poder seguir viviendo. También las llamaban “ganapanes”, aunque a mí no me gusta mucho ese término. Eran vidas muy tremendas, llenas de fuerza, sufrimiento y coraje. Lo mismo podría decirse de otras mujeres de la ría: de las sardineras, de las corredoras y de tantas mujeres silenciosas. Todas aportaron al resurgir de la economía, pero no se habla lo suficiente de ellas. 

6. ¿Te consideras una mujer de la Ría? 
Sí, la Ría forma parte de mí. No solo he trabajado sobre ella muchos años, sino que, además, tengo la suerte de vivir en uno de sus márgenes. Casi en la orilla. Por lo tanto, mi devenir es siempre verla, atravesarla, vivirla y caminarla.

7. ¿Cómo te vistes para dar un paseo a orillas del Nervión?
En mis múltiples paseos, porque camino mucho, siempre me pongo una falda larga cómoda y una camiseta, ambas de algodón. En particular me gusta ese algodón suave que tiene Minimil, el que se siente como una segunda piel. Desde hace unos años, es mi tienda de referencia. 

8. ¿Cuál es el color que más te inspira a la hora de vestir?
El azul. Ese azul de Minimil tan especial que te envuelve y te acaricia. De hecho, cuando veo el escaparate con ese tono pienso: “ay qué bien, es sin duda mi escaparate”.

9. ¿Cuál es tu estación favorita?
El otoño con sus múltiples colores. Su belleza es indescriptible.

10. Ahora que vendrá la lluvia y el frío, ¿qué no puede faltar en tu armario?
En mi armario hay mucha ropa. Me encanta la moda y disfruto de ella. Eso sí, en los días lluviosos y con viento, no me pueden faltar el abrigo de cashmere de Minimil, una gabardina o xira y un jersey bien caliente de cashmere también. 

11. Si tuvieras que escoger un lugar para ver el atardecer en Bilbao, ¿cuál escogerías?
Existen muchos lugares desde donde se pueden apreciar los atardeceres en Bilbao, pero yo elegiría los puentes; por ejemplo, el de Deusto. Disfruto de cuando el sol se refleja en la Ría y se va alejando poco a poco, hasta desaparecer. Me recuerda al rayo verde en el mar… El que no se ve nunca, aunque yo lo he visto en una ocasión. Hay que saber buscar el momento perfecto. 

12. Una frase que resuma el punto de la vida en el que te encuentras.
Estoy en el momento más dulce de mi vida, lo vivo con madurez y con enorme agradecimiento. La vida me ha dado mucho: salud, personas que quiero y me quieren, etc. Aprecio todo lo que me rodea. Contemplo las maravillas de la naturaleza y me hacen sentir más viva que nunca. Eso sí, esta última temporada, lo que más me emociona e ilusiona es el libro de la Ría.

 

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